CRÓNICA DE NUESTRAS NAVIDADES.

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dón, A partir de ese momento nuestro pueblo es víctima de una acentuada escasez y ruina económica. Familias enteras migran en busca de nuevas oportunidades de trabajo, particularmente al Estado de Sonora. Los demás se quedaron acá retando al destino. La nueva situación de atrazo económico tuvo repercusiones en diferentes aspectos de la vida de las personas y de la comunidad entera y las navidades de 1951 y 1952, se vieron ensombrecidas por aquella penuria. Disminuyeron los puestos de juguetería, las vendimias de alimentos, los juegos; en fin, se vieron notablemente mermadas, la algarabía, el bullicio de la gente, la asistencia de parroquianos, la concurrencia familiar Solo se conservaron el acendrado sentimiento de la tradición y la esperanza de que en los años venideros, la vida de la vecindad recobraría vigor, prosperidad y optimismo, para proseguir en lo futuro con la celebración entusiasta de nuestras tradicionales fiestas de navidad y año nuevo.]]>

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